
Los niños del jardín de enfrente me despertaron jugando a X-Men. El mayor le dijo a su primo pequeño que escogiera un personaje. Éste eligió Magneto. Tras una reprimenda por haber tomado una decisión tan tonta, y su correspondiente llorera de un cuarto de hora, le asignaron a Cíclope, y el mayor, el muy bribón, dijo muy orgulloso y convencido: "Y yo me pido dos: Lobezno y Magneto, que es mío, el que más me gusta".