Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

viernes, 12 de julio de 2013

2010.

No encontré Casiopea entre los lunares de tu espalda y ahora pienso que he dejado de quererte para siempre. Para siempre o hasta que tú me vuelvas a mirar como en el verano de dos mil diez.