Saboreo cada día que pasamos juntos, porque nosotros restamos, no sumamos uno más.
Tengo miedo de que el contador llegue a cero y no volver a ser tan feliz como cuando me despierto por la mañana y me haces caricias en la espalda y protestas porque entra mucha luz a través de las cortinas.
Me he enganchado a los besos de antes de dormir y me aterra que las benzodiacepinas no me hagan efecto cuando no estés a mi lado.
Supongo que el miedo siempre ve las cosas peor de lo que son, o al menos algo así decía Tito Livio. Lo sabré dentro de poco.
¿Sabéis parar el tiempo?
lunes, 5 de septiembre de 2016
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