Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

viernes, 28 de agosto de 2015

Adiós.

Te hubiese querido más que nadie.

Venga, chao.

martes, 4 de agosto de 2015

El pozo.

Me caigo de cabeza al pozo de tus ojos negros.
Grito y no me rescatas.
Floto, no sé si aguantaré mucho tiempo.
Me ahogo en las palabras que me dijiste la última vez que nos vimos.