Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

jueves, 30 de abril de 2015

Zàijiàn.

Bajar al bar a desayunar, echar unos currículos en sitios en los que no queremos que nos contraten, levantar la vista de mi libro y verte arreglar ese ordenador viejo, pedir al chino para cenar, hacer el amor hasta quedarnos dormidos, beber una botella de licor café con nuestros amigos, bailar delante de todo el mundo, tomar una caña con mi madre, comer pizza fría del día anterior, hacer una maratón de Dr. Who, pasarnos el fin de semana desnudos, ir al cine y cogernos de la mano, besarte los párpados antes de dormir, tú enseñándome a hacer fabada, comentar las noticias después de comer, ir a ver a tus primos al sur, comértela por las mañanas, disfrazarnos de cosas que nadie entiende, presentarte a mis amigos, darte masajes en la espalda, salir a cenar con tus colegas, enfadarnos por alguna tontería, reconciliarnos varias veces en tu cama, hacerte creer lo mucho que vales, quitarte la inseguridad a caricias, besarte todos los días para poder respirar.

Pero sólo te dije que tú y yo juntos seríamos increíbles, y me eché a llorar.
Y no quisiste creerlo, o tuviste miedo de que fuera verdad, pero me besaste diciéndome adiós.

Y ahora ya no cantaremos canciones en japonés en la ducha, ni te regalaré cojines para tu sofá, ni iré a comer a tu casa en Navidad, ni follaremos en la cocina, ni me esforzaré por hacer de tu vida algo agradable, ni te diré las cosas que sí le diré a alguien que no sea un cobarde y quiera hacer todo lo que yo quise hacer contigo y no te dejaste.

viernes, 24 de abril de 2015

viernes, 3 de abril de 2015

Física

"A lo largo de toda tu vida, tus manos nunca llegan a tocar nada: debido a la repulsión mutua de los electrones, siempre existe un espacio entre tus átomos y los de cualquier persona u objeto que creas tocar"

Ya decía yo que estás muy lejos cuando te acaricio.