Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

sábado, 2 de abril de 2011

Abril es el mes más cruel II.

(...)
Creo que nos hallamos en la calleja de las ratas
donde los muertos perdieron sus huesos.
"¿Qué ruido es ese?"
El viento bajo la puerta.
"¿Qué ruido es ese ahora? ¿Qué hace el viento?"
Nada, como siempre. Nada.
"¿No sabes nada? ¿No ves nada? ¿No te acuerdas de nada?"
Recuerdo que esas perlas fueron sus ojos.
¿Estás viva o no? ¿No hay nada en tu cabeza?
Oh, oh, oh, oh, pero ese aire shakespeaheriano:
es tan elegante, tan inteligente.
"¿Qué haré ahora? ¿Qué haré?
¿Salir tal como estoy y andar por la calle así sin peinar?
¿Qué haremos mañana? ¿Qué haremos siempre?"
Agua caliente a las diez.
Y si llueve, un coche cerrado a las cuatro.
Y jugaremos una partida de ajedrez,
apretando nuestros ojos sin párpados,
esperando que llamen a la puerta.
(...)

Una partida de ajedrez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario