Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

jueves, 11 de agosto de 2011

Futurible.

Y recordaremos este verano como ese en el que no hizo casi calor, el de los partidos de voleibol, en el que hubo movida en Londres y en el que tú dejaste de quererme.

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