Pensé en romper todas las fotografías en las que mi sonrisa no fuese por ti.
Después no me llamaste, y ahora tengo los pies y el corazón muy fríos, congelados, gélidos.
Me los van a tener que amputar.
Y cuando no camine hacia ti, será culpa tuya.
Y cuando deje de amarte, será tu culpa también.
martes, 28 de febrero de 2012
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