Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad. Sea como fuere, ya has presenciado el crimen. Y ahora formas parte de esto. Ya eres Testigo de mis Errores.
domingo, 9 de marzo de 2014
Silencio.
No escribo para no tener que arrepentirme de habernos querido tanto y tan mal.
"Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo."
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