Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

lunes, 18 de octubre de 2010

El puto Jack Twist.

–Me voy a ir a Lightnin’ Flat a ver a mis viejos un par de días.
–Hay algo que quería decirte, tío. Antes de noviembre no voy a poder volver… después de cargar el ganado y antes de que empiece la temporada de invierno.
–Noviembre… ¿Y qué diablos ha pasado con agosto? ¡Joder Ennis! ¡Has tenido toda la puta semana para decirme esto. ¡Joder! ¿Por qué siempre estamos con este puto frío? Deberíamos ir al Sur donde hace calor. Deberíamos ir a Méjico.
–¿Méjico? Joder, Jack, ya me conoces, yo viajo menos que una tortuga en una maceta. ¡Venga, Jack! No te pongas así, podemos cazar en noviembre, matar un buen alce, puedo intentar conseguir la cabaña de Don Wroe. Lo pasamos bien aquel año, ¿verdad?
–Nunca hay suficiente tiempo, nunca hay suficiente. ¿Sabes, amigo? Esta situación es una auténtica putada. Antes era más fácil. Ahora es como ver al Papa.
–Jack, tengo que trabajar… al principio dejé mi trabajo. Te olvidas de lo que es estar en la ruina. ¿Sabes lo que es la manutención? No puedo dejar este trabajo y no me dan vacaciones. Me costó conseguir el puesto y la condición era agosto. ¿Tienes una idea mejor?
–La tuve.
–La tuviste… ¿has estado en Méjico Jack Twist, eh? Porque sé lo que tienen en Méjico para los chicos como tú.
–Sí, he estado en Méjico, ¿qué pasa con eso?
–Te lo diré una vez, puto Jack Twist, y va en serio… lo que no sé… ¡todas las cosas que no sé! Podría matarte si llego a saberlas. Y no es broma.
–¡Eh! ¡Prueba con esto! ¡Y sólo lo diré una vez!
–¡Venga!
–Te diré una cosa, pudimos tener una buena vida juntos, una vida que te cagas, en nuestra propia casa, pero tú no quisiste, Ennis. ¿Y qué tenemos ahora? ¡Esta montaña! ¡Todo se basa en eso, es lo único que tenemos! ¡Nada más! ¡Y espero que sepas eso aunque nunca sepas el resto!
–Joder…
–Cuenta las pocas veces que hemos estado juntos en casi veinte años. ¡Mide la puta correa con que me atas y luego pregúntame por Méjico y dime que me vas a matar por algo que no me das casi nunca! ¡No tienes idea de lo que sufro! Yo no soy como tú, no… ¿crees que me bastan un par de polvos en la montaña una o dos veces al año? Eres demasiado para mí, Ennis… ¡serás hijo de puta! Ojalá supiera cómo dejarte.

Ennis rompe a llorar.
–¿Y por qué no me dejas? ¿Por qué no me dejas en paz? Si estoy así es por ti Jack. No soy nada… estoy perdido.
–Ennis…
–¡No me toques joder!
–Ven aquí…

Jack le abraza.
–Tranquilo… tranquilo… Maldito seas, Ennis.

–No aguanto más, Jack.

2 comentarios:

  1. Cómo me ponía de los nervios que ninguno de los dos hiciera algo verdaderamente radical, aunque soy consciente de que nada en la historia tendría encanto de ser así.

    Eres demasiado para mí, Ennis… ¡serás hijo de puta! Ojalá supiera cómo dejarte.

    Aaay!

    ResponderEliminar
  2. La veo varias veces al año. Es una historia de amor con la que me identifico. Obviamente, dejo de ver hombres, veo personas...Y me parece un amor tan grande, tan complicado, tan...tan jodido.
    Qué asquete.

    ResponderEliminar