Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

martes, 16 de noviembre de 2010

La colada.



Que no soy capaz de sacarte de mi cabeza y no te marchas de mi piel, y mira que estoy cansada de frotar y frotar.
Será que he estropeado hasta el olvido; la limpieza en seco la he jodido con todas estas lágrimas.
 ¿Os queda suavizante?

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