Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

sábado, 23 de julio de 2011

Deplorando V.



Para qué subir a una montaña rusa, cuando J. , a cien metros de tu casa, hace que bajes muy de golpe y muy fuerte, una vez que te ha subido a las alturas.

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