Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

jueves, 29 de julio de 2010

Augurio.

Una de las primeras veces que dormimos juntos jugamos a escribirnos mensajes en la espalda después de hacer el amor.
Yo escribí algo así como "sonrisa" y tú escribiste "chorizo".
Alegaste tener hambre.
Debí haberme imaginado que aquello no iba ningún lado. A ninguno bueno, quiero decir.

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