Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Errores.

San Agustín de Hipona dijo "Si me equivoco, existo", que es un remake cutre, pero diestro, del "Cogito ergo sum" de Descartes.

En los últimos meses he recibido, totalmente gratis, un montón de consejos acerca de cómo atinar. Todo el mundo cree saber la fórmula secreta del acierto.

Me imagino que a estas personas, las del cero fallo, todo les va de maravilla. Deberían ponerse a escribir libros de autoayuda.

Sean bienvenidos a ser testigo de mis errores, pero a mi, por ahora, déjenme equivocarme sola. Así, como Agustín, sentiré que al menos existo.

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