Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

martes, 21 de septiembre de 2010

Relic.

Hoy, mientras me daba un baño y miraba fijamente el teléfono, esperando así, en vano, hacerlo sonar, me di cuenta de que me había disuelto en el agua, como las sales aromáticas.
Noté que de mí no quedaban más vestigios que algún mechón de pelo y mis dos incisivos, un poco separados.
Y ahora soy sólo reliquias.
Para cuando vuelvas a buscarme: no sé si lo sabes pero a las alhajas se las venera y nunca dan nada a cambio, por mucho que reces.

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