Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

sábado, 9 de octubre de 2010

Corrientes circulares en el tiempo.

Una vez, si mal no recuerdo,
me tenías en la punta de los dedos.
Las secuelas de los viejos días
estarán conmigo el resto de mi vida.

Me quedé dormido un momento
y los valles se cambiaron por desiertos
por obra y gracia de El que controla el firmamento,
El que decide que ande perdido en corrientes circulares en el tiempo,
El que transforma los diamantes en quejidos y lamentos,
El que se encarga de que salgas y que yo me quede dentro.

Asustado, sintiéndome enfermo,
como una temporada en el infierno.
Intentando ver una salida,
encontrando más problemas todavía.

Todo esto que jamás podré comprender,
lo que obtuve a cambio de intentar hacerlo bien.
Eso no es para mí, quiero mi parte de lo bueno.
Quiero que estés aquí, quiero tenerte dando vueltas a mi lado todo el tiempo,
en nueve órbitas concéntricas y yo estar en el centro.
Será mucho pedir, pero es lo menos que merezco.

2 comentarios:

  1. Me uno a tu lista de testigos del error. Lo he hecho. Pero yo soy de las que lo ha visto todo pero no dice ni una palabra. No dudo, sólo aseguro no haber visto nada. Es más sencillo y también otra forma de ser partícipe de algo de un modo nuevo.

    Por cierto, es realmente odioso que los valles se cambien por desiertos, porque eso aún hace que vagues más y más por los círculos concéntricos de lo que sea que exista.
    Me gusta.

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  2. Gracias por pasarte a saludar, y a ayudarme a saber que los demás también han pasado por ello, y siguen ahí.
    Sí, comprensión! :)))

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