Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

domingo, 3 de octubre de 2010

Miedos III

Miedo a los espejos cuando estoy a oscuras, a tener miedo, a haber dicho o hecho cosas que no debería la noche anterior con un gintonic de más, a matar a alguien por accidente, al sonido que producen las mujeres en tacones por las calles desiertas, a los sacos rotos llenos de esperanzas, a un embarazo ahora, a un mal embarazo después, al cuchillo grande con el que Darek cocina, a quedarme" ida" o "lela" si tomo mal mi medicación, a las bombonas de butano, a que mi cadáver sea encontrado una semana después, debido al olor, por la amable pareja de ancianitos que viven justo enfrente, a morir sola: y no me refiero a sola como la cualidad de no estar acompañado en el momento de la defunción. Yo, simplemente, no quisiera expirar y que nadie notase mi ausencia. Al menos, no durante tanto tiempo.

Voy a empezar a llevar pastelitos a la facultad.

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