Al llegar Trives, cuando mi perra y yo nos vimos nos pusimos muy contentas y salté, corrí, me tiré por el suelo, ladré y entonces la mordí. Luego ella intentó morderme también, claro, los perros juegan así.
Sabía mal.
viernes, 4 de marzo de 2011
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Si hay algo sagrado en un perro son sus orejas. Ellos respetan las humanas, no morder las suyas :P
ResponderEliminarLo tendré en cuenta, Don Mingo.
ResponderEliminarPobriña perra. Yo un día mordí a mi perro, ibamos los dos en el coche, atrás, y quería que se quedase quieto. Ante mi incapacidad para controlarle, le mordí para hacerme valer. Me miró con una cara de susto tal, que no lo repetí, claro.
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