Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

viernes, 4 de marzo de 2011

Qué vida más perra.

Al llegar Trives, cuando mi perra y yo nos vimos nos pusimos muy contentas y salté, corrí, me tiré por el suelo, ladré y entonces la mordí. Luego ella intentó morderme también, claro, los perros juegan así.
Sabía mal.

3 comentarios:

  1. Si hay algo sagrado en un perro son sus orejas. Ellos respetan las humanas, no morder las suyas :P

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  2. Pobriña perra. Yo un día mordí a mi perro, ibamos los dos en el coche, atrás, y quería que se quedase quieto. Ante mi incapacidad para controlarle, le mordí para hacerme valer. Me miró con una cara de susto tal, que no lo repetí, claro.

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