No supe definir cual era la frontera entre nuestros cuerpos y acabé siendo invadida.
Tirano en tierra conquistada, desafías hasta la mismísma ley de la gravedad, y te sales con la tuya.
Racionas besos y miradas, y la Resistencia está a punto de agotar toda su munición. Estoy cansada de luchar contra todos los demonios que viven debajo de mi almohada, que hacen que no deje de temer esta devoción fetichista por ti y me asustan ante la inexorabilidad del deber hacer por una misma.
Me aprietas el alma, como un niño abraza a un cojín cuando tiene miedo.
lunes, 19 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario