Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

miércoles, 14 de abril de 2010

Vigor.

A veces me mira de reojo y me asusto. Otras me sonríe y miles de gusanos de seda se metamorfosean en mi estómago.
J. entra y sale de mi vida tantas veces como lo hace en una noche de mi cuerpo. Con las mismas ganas, la misma fuerza. Se va rapidamente para volver una vez más con más violencia.
Y me aburre la historia de tanto repetirla.
Y me desgasta la existencia de tanto frotarla.

1 comentario: