Puede que te hayas dejado llevar hasta aquí mecido por las olas o aprovechando la bajada de la pendiente. Es probable que tú ni siquiera desees encontrarte leyendo estas líneas o tal vez hayas esperado a estar a solas para encenderte un cigarrillo y te descubras en este lugar, que pertenece a ninguna parte, por propia voluntad.
Sea como fuere, ya has presenciado el crimen.
Y ahora formas parte de esto.
Ya eres Testigo de mis Errores.

miércoles, 7 de abril de 2010

Te echo de menos.

Me gusta imaginar que me espías cuando me visto por las mañanas, que te metes conmigo en la cama cuando tengo frío, que acaricias mi pelo mientras me intentas equilibrar.
Que te alegras por todas las cosas que todavía aún no he acabado de hacer por ti y por las que no dejaré de hacer toda mi vida, toda la vida de al que diste la vida.

Dime, ¿hay internet en el infierno?
Dime, mi amor, ¿sabes leer con los ojos cosidos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario